Todas las personas por naturaleza somos algo o muy cabezonas, depende de la persona. Esto es algo que nos sale espontáneamente porque luego ya más calmados y pensándolo detenidamente nos damos cuenta de que quizás nos estábamos pasando, que puede que no tuviéramos tanta razón y que tendríamos que haber cedido un poco más.
Me pregunto respecto a esto, ¿por qué somos tan cabezotas e insistimos tanto en que tenemos razón?
Creo que la principal respuesta a esto es porque somos orgullosos, con esto quiero decir que tenemos miedo de lo que pueda ocurrirnos y para qué esto no pase, no vamos a ridiculizarnos y así no nos dejarán mal.
A nadie le gusta parecer inferior a los demás, o incluso que se puedan llegar a burlar de nosotros, así que siempre vamos a querer que lo nuestro sea lo correcto.
Puede que en algún momento en esta situación, lleguemos a saber que no llevamos razón, pero por el miedo que tenemos a cómo nos tratarán, seguimos manteniendo esa convicción.
Esto muchas veces nos acarrea problemas, porque igual que nosotros somos orgullosos los demás también pueden serlo y ninguno quiere ser el primero en ceder aunque sepa que eso sería lo correcto. Un ejemplo que tengo de esto es que hace dos años, me peleé con una amiga, y la semana en que nos peleamos yo me di cuenta de que tenía que pedirle perdón, y lo hice, pero ella no me perdonó, por orgullosa y yo más orgullosa aún decidí que ya me había rebajado y que aún así no había conseguido nada, por lo tanto no iba a volver a hacerlo para que ocurriera lo mismo. Por esta tontería estuvimos casi tres meses sin hablarnos, y aunque me volví a dar cuenta de que tenía que pedirle perdón no lo hice por miedo a que volviera a rechazarlo. Si no hubiera sido por una amiga nuestra nunca nos hubiéramos reconciliado, porque un día estando las tres solas, esa chica nos soltó que si no íbamos a perdonarnos nunca, y entonces nos pedimos perdón mutuamente, nos abrazamos y al día siguiente todo era como antes.
Es verdad que cada uno tiene que defender lo que opina y que nadie puede obligarle a cambiar esa idea, sino que si la cambia debe ser porque él mismo se dé cuenta de que era equivocada. También debemos darnos cuenta de que cada uno tiene su propia forma de pensar y juzgar, y nunca debemos burlarnos de nadie por ello, ya que no nos gustaría que nos los hicieran a nosotros. Mi opinión es que tenemos que aceptar todos los puntos de vista aunque nos parezcan equivocados, siempre y cuando no violen ninguna ley o no sea moralmente muy incorrecta.
Entonces no creo que el orgullo en exceso esté bien, es normal que tengamos miedo a que nos inferioricen pero si nos damos cuenta de que obramos o pensamos mal, debemos dejar esto de lado, y ser capaces de recapacitar y reconocer nuestro error. Si no yo hubiera seguido sin hablar con esa chica para siempre, y no hubiera valido la pena mantenerme en mis trece si perdía nuestra amistad, es decir, que a veces vale más la pena lo que puedes llegar a perder que la opinión o acto que defiendes.
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