Hoy día 12 de diciembre de 2011 hace un año que no te veo, papá. Y desde que pasó no ha pasado un día en el que no piense en ti, en cuánto te quiero y lo que te echo de menos. Y sobre todo hoy.
No me explico cómo ha pasado tan rápido el tiempo, sin darme cuenta ya estoy aquí. Estos tropiezos de la vida lo estropean todo, ya nada será igual, toda mi vida parece un reflejo de la anterior. Ya no pero justo después de ello empezaba el día y me preguntaba si sería ese día el que me tocara a mí o a alguien a quien quisiera de verdad, el miedo de perder a alguien más me ha atado mucho tiempo, al final me he dado cuenta de que lo que tenga que pasar pasará y que no debo preocuparme tanto sino aprender a disfrutar de los buenos momentos. Incluso ahora me doy cuenta de que yo también he cambiado.
Son cosas malas, pero le podría pasar a cualquiera. A partir de eso aprendí que la vida puede darte momentos buenos, pero que te los puede dar igualmente malos. Pero nada debe caer en saco roto, de todo hay que aprender. Si tuviera que decir lo que me ha enseñado esto es que la muerte es la peor cosa que puede pasar, y no la propia sino la de los demás, porque son ellos los que se quedan sufriendo; que soy más fuerte y que me parezco más a ti de lo que creía y por último que cuando ocurren cosas tan malas como estas no hay que derrumbarse, tenemos que levantarnos, continuar hacia delante al futuro, tener la cabeza alta por quién y cómo somos y que no hay que intentar buscar un culpable, ni siquiera a nosotros mismos, porque aunque lo encontráramos nadie va a devolvernos a esa persona.
No sabes cuánto deseo volver a verte, daría todo lo que tengo solamente por estar un minuto contigo, tocarte, hablarte, abrazarte y poder despedirme de ti. Me hubiera sacrificado por ti, habría muerto yo en tu lugar solo con tal de que tú hubieras seguido aquí.
Me decía a mi misma que no es justo, que por qué a mí, pero ¿qué en esta vida es justo y a quién no le va a terminar pasando tarde o temprano?
Cada vez me doy más cuenta de cuánta razón tiene la gente cuando dice que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, ese fue mi mayor error, no saber apreciarte cuando aún estabas aquí.
No sé si fuiste a algún lugar, no sé si existen las almas o un cielo donde pueden ir, pero sé que si existe tú vas a estar allí y deseo desde lo más hondo de mi ser que el día que me toque morir a mí pueda reunirme contigo.
Te voy a llevar siempre conmigo, vaya donde vaya, haga lo que haga, es lo que voy a tener siempre y nadie me va a poder quitar, mis recuerdos y mi amor por ti, Siempre voy a estar orgullosa de ser tu hija, al igual que espero que tú estuvieras orgulloso de mí. No quiero que nadie tenga que pasar por lo que yo, no odio tanto a ninguna persona para desear que le pase esto, además creo que a los seres queridos debemos aprender a apreciarlos de verdad antes de perderlos como yo a ti.
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