lunes, 19 de diciembre de 2011

Acción ciudadana

Cuando Rafa nos dijo que teníamos que hacer esto, no se me ocurría que hacer en absoluto. Luego en casa le estuve dando vueltas a lo que nos había dicho, cómo solucionar un problema que vieramos e intenté asociar esto a algo que me gustara hacer, algo en lo que me gustara colaborar, ya que si iba ha hacerlo no ir a disgusto.

Unos días después, estaba en la biblioteca de Villafranca y vi lo ocupadas que estaban las dos bibliotecarias que están allí, y no me extraño, porque entre ellas dos solas llevan todo, préstamos, talleres, turnos en los ordenadores, colocan los libros, atienden a los niños de la sala infantil...

Pues así fue como surgió mi acción ciudadana, durante este trimestre desde finales de octubre he intentado ir al menos una vez por semana a la biblioteca, a la sala infantil, que es donde más follón hay siempre. Allí ayudo un poco a los niños (les ayudo con los deberes, les leo algo si ellos no pueden o si me lo pedían, les busco libros, ayudo a colorear y en los talleres, si tienen problemas cuando están en el ordenador..) y aunque puede parecer una tontería creo que he aportado mi pequeño grano de arena, porque el tiempo que he estado, puede que las bibliotecarias hayan tenido más tiempo para otras cosas y no han tenido que estar tan pendientes de los niños porque sabían que ya estaba yo.

Además ha sido algo que me ha gustado hacer, no solo por la satisfacción de colaborar sino porque me gustan los niños (ayudándoles y eso, porque te terminas divirtiendo) y siempre me ha gustado mucho leer y los libros, que creo que se lo debo en parte a una de las bibliotecarias.

También les pedí que si podía leer en alguno de los cuentacuentos que hacen y me respondieron que sí, fue el día 15 aunque con los exámenes no pudo ser, intentaré participar en otro que hay el próximo día 22.
Debo mencionar además, como parte de este proyecto, que estando ya casi en Navidad, en la Biblioteca de Villafranca tanto niños como algunos mayores han hecho sus deseos que serán colgados en el árbol de la plaza el viernes 23, tarea en la cuál espero poder ayudar. Colgaré algunas fotos de esto lo más pronto posible.

Por último, diré que cuando empezé a hacer esto, no creía que iba a ser la mitad de gratificante y divertido de lo que ha sido finalmente, me lo he pasado genial ayudando tanto a las bibliotecarias como a los niños y puede ser que vuelva a ir sin motivo alguno a ayudar en la biblioteca, simplemente por el hecho de colaborar.

¿Podría la filosofía aclarar algo sobre el sentido de la existencia?

Para comenzar con esta disertación, lo primero que haré será aclarar la pregunta. Al leerla por primera vez e intentar comprenderla se pueden sacar varios sentidos, por ello he buscado información o el significado de las tres palabras que destacan más en esta oración, que son filosofía, sentido y existencia.

  • Comienzo con filosofía, es una palabra que tiene una definición diferente dependiendo de quién la dé, pero para hacerme una idea general de ello podría decir que es un saber sobre la vida, el pensamiento, las personas, etc. Sirve para encontrar el significado de las cosas o para plantearnos preguntas sobre ello y tratar de darles respuesta (propia de cada persona por supuesto), mientras lo hacemos pueden surgir nuevas dudas, así lo que conseguimos es conocer y entender más sobre las experiencias y vivencias.
  • En la definición de filosofía vuelve a entrar en juego la palabra sentido, así que la definición que he buscado de ella ha sido que es la meta o finalidad hacia la que se orienta algo.
  • Por último, tenemos existencia, que podría hacer que nos equivocáramos ya que se puede referir tanto a la existencia en general, es decir, del mundo, del universo, de las cosas, de las personas, o sea de todo o se puede referir a la existencia humana. La pregunta no lo especifica, pero yo lo tomo un poco de los dos sentidos, aunque más por el de existencia humana.
He interpretado la pregunta como refiriéndose a que si el saber que es la filosofía podría explicarnos o ayudarnos a entender mejor para qué existen las cosas o nosotros mismos incluidos en ellas.

Mi respuesta es simple, claramente sí. Para argumentar esta respuesta sólo tendría que poner de ejemplo la definición que he hecho antes de filosofía; “Un saber que sirve para encontrar el significado de las cosas o para plantearnos preguntas sobre el mundo, tratar de darles respuesta y mientras lo hacemos surgen nuevas dudas, así terminamos conociendo y entendiendo más sobre las experiencias y vivencias”. Si es un saber que nos hará conocer y entender más sobre el mundo, la vida y esos temas, es decir las experiencias y vivencias, creo que dentro de esas experiencias o vivencias está la existencia, o sea es algo que experimentamos cada día.

Después también he visto algunas citas que me han hecho apoyar está respuesta.
“El secreto de la existencia no consiste solamente en vivir, sino en saber para que se vive”
Fiodor Dostoievski (1821-1881) Novelista ruso
Según esta cita si existimos, no sólo nosotros, sino todo en general, necesitamos saber para qué y esta es una pregunta que concierne a la filosofía, ya que nos ayuda a contestarla.
“Es propio del filósofo poder especular sobre todas las cosas”
Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego
Y atendiendo a esta podríamos decir que si se puede especular sobre todas las cosas, la existencia también estaría incluida dentro de ese “todas”.

Por último para defender mi respuesta recurro al libro de texto, en especial al punto 5 del tema 2, referido al sentido de la vida humana. En este nos dicen que el mundo y la vida son comprensibles y creo que los seres humanos somos curiosos y por ello queremos comprender o aprender siempre, para ello nos hacemos preguntas, cómo cuál es el sentido de nuestra vida o para qué estamos aquí. Cómo dije en mi exposición y también cómo cuenta el libro se puede responder a esta pregunta de de distintas maneras, depende de cómo seamos cada uno vamos a responder de una manera u otra, pero en realidad le demos la respuesta que le demos, nadie sabemos con certeza si es verdad o cierto, porque la vida no viene con manual de instrucciones, pero algo que tenemos en común todos es que finalmente en el momento de elegir, vamos a hacer lo que queramos, porque somos libres. Pero cuando contestamos de una manera u otra esta pregunta, surge otra, ¿qué debemos hacer? , y en eso la filosofía también nos ayuda, con la Ética (que tiene como fin someter a análisis la conducta moral, es decir, que nos ayudará a hacer cosas buenas estemos aquí para lo que estemos) y la Filosofía política( que analiza o se ocupa de la vida en común). Es decir, que finalmente aunque no sepamos si la respuesta al para qué existimos es correcta, la Filosofía nos sigue ayudando en el sentido de nuestra existencia, porque nos sirve para saber cómo actuar con los demás y qué hacer.
Podrían contestarme aún con los argumentos que he dado que el para qué existimos no es algo en lo que nos sirva la filosofía, pero cómo he dicho en el párrafo anterior, demos la respuesta que demos, somos libres y la Filosofía nos ayuda para saber cómo actuar y qué hacer. Un ejemplo es que alguien puede pensar que está aquí para seguir una religión o a un Dios, seguir unas directrices, asistir a ceremonias religiosas, o yo no voy a enfrentarme a nadie porque cada uno pensamos lo que queremos, pero aunque creas que estamos aquí para eso, eres tú el que decide si cumplirlo o no, es decir, que es luego la Ética y la Filosofía política ( que están dentro de la Filosofía) lo que nos ayudan a hacerlo o no.

En conclusión, creo que el tema de la existencia, tanto humana como la de el mundo o el universo en general, está bastante ligada con la Filosofía, y me parecería una tontería decir que no te ayuda con ese problema, porque para eso está la Filosofía para solucionar esa clase de problemas y preguntas. Además dentro de ella hay otros campos a los que recurrimos para saber qué hacer, qué está bien o mal. Y al fin y al cabo es lo que nos termina ayudando a contestarla.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Un año sin ti.......

Hoy día 12 de diciembre de 2011 hace un año que no te veo, papá. Y desde que pasó no ha pasado un día en el que no piense en ti, en cuánto te quiero y lo que te echo de menos. Y sobre todo hoy.

No me explico cómo ha pasado tan rápido el tiempo, sin darme cuenta ya estoy aquí. Estos tropiezos de la vida lo estropean todo, ya nada será igual, toda mi vida parece un reflejo de la anterior. Ya no pero justo después de ello empezaba el día y me preguntaba si sería ese día el que me tocara a mí o a alguien a quien quisiera de verdad, el miedo de perder a alguien más me ha atado mucho tiempo, al final me he dado cuenta de que lo que tenga que pasar pasará y que no debo preocuparme tanto sino aprender a disfrutar de los buenos momentos. Incluso  ahora me doy cuenta de que yo también he cambiado.

Son cosas malas, pero le podría pasar a cualquiera. A partir de eso aprendí que la vida puede darte momentos buenos, pero que te los puede dar igualmente malos. Pero nada debe caer en saco roto, de todo hay que aprender. Si tuviera que decir lo que me ha enseñado esto es que la muerte es la peor cosa que puede pasar, y no la propia sino la de los demás, porque son ellos los que se quedan sufriendo; que soy más fuerte y que me parezco más a ti de lo que creía y por último que cuando ocurren cosas tan malas como estas no hay que derrumbarse, tenemos que levantarnos, continuar hacia delante al futuro, tener la cabeza alta por quién y cómo somos y que no hay que intentar buscar un culpable, ni siquiera a nosotros mismos, porque aunque lo encontráramos nadie va a devolvernos a esa persona.

No sabes cuánto deseo volver a verte, daría todo lo que tengo solamente por estar un minuto contigo, tocarte, hablarte, abrazarte y poder despedirme de ti. Me hubiera sacrificado por ti, habría muerto yo en tu lugar solo con tal de que tú hubieras seguido aquí.

Me decía a mi misma que no es justo, que por qué a mí, pero ¿qué en esta vida es justo y a quién no le va a terminar pasando tarde o temprano?

Cada vez me doy más cuenta de cuánta razón tiene la gente cuando dice que no sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos, ese fue mi mayor error, no saber apreciarte cuando aún estabas aquí.

No sé si fuiste a algún lugar, no sé si existen las almas o un cielo donde pueden ir, pero sé que si existe tú vas a estar allí y deseo desde lo más hondo de mi ser que el día que me toque morir a mí pueda reunirme contigo.

Te voy a llevar siempre conmigo, vaya donde vaya, haga lo que haga, es lo que voy a tener siempre y nadie me va a poder quitar, mis recuerdos y mi amor por ti, Siempre voy a estar orgullosa de ser tu hija, al igual que espero que tú estuvieras orgulloso de mí. No quiero que nadie tenga que pasar por lo que yo, no odio tanto a ninguna persona para desear que le pase esto, además creo que a los seres queridos debemos aprender a apreciarlos de verdad antes de perderlos como yo a ti.

domingo, 4 de diciembre de 2011

Libreeeee......

Elijo este tema para hablar en el  blog porque el año pasado en Ética el profesor nos mandó leer un libro que se llama Ética para Amador, el libro era difícil de leer y enrevesado como el que más, pero de todo el libro de lo que más me acuerdo siempre es de un capítulo que hablaba sobre la libertad.

Entonces mi pregunta es si es verdad que siempre somos librea si podemos hacer lo que queremos, cuando nos venga en gana.

Según el libro sí, porque todos podemos hacer lo que queremos cuando queremos o al menos tenemos la posibilidad de intentarlo.

El hombre está condenado a ser libre.
Jean Paul Sartre (1905-1980) Filósofo y escritor francés


También es verdad que si lo vemos desde nuestro punto de vista (porque pensar que siempre podemos hacer lo que queramos es poco realista y moral) podemos creer que es distinto, ya que estamos atados por “leyes”. Con esto no solo me refiero a leyes de un país ( no robar, no asesinar o leyes de tráfico)o físicas sino también por leyes sociales. Un ejemplo, por poder, podríamos salir sin ropa a la calle, pero imaginemos el desconcierto de los demás y su actitud o si es invierno el trancazo que pillaríamos.

Esto es porque la libertad tiene un precio, nuestros actos sean cuales sean siempre van a tener unas consecuencias buenas o malas, pero las habrá de una forma u otra. Con esto quiero decir que poder podemos hacer lo que queramos, porque siempre somos libres, pero que nunca debemos olvidar lo que ocasionan nuestros actos.

Podrían rebatirme esto diciendo que los esclavos no son libres, pero en realidad si lo son, pueden estar atados de pies y manos, pero siempre pueden intentar escapar, es decir, son ellos los que deciden si dejarse someter o intentar algo. Además aunque seas esclavo de cuerpo, no lo eres de mente, vas a poder pensar lo que quieras, tu mente es lo único en mi opinión que no pueden esclavizar.



En conclusión puedo decir que siempre somos libres de hacer lo que queramos, pero eso no significa que por hacer lo que nos de la real gana no vayan a pasarnos ciertas cosas.

domingo, 27 de noviembre de 2011

¿Qué hubiera pasado si...?

Este ensayo va sobre la atención, pero no sobre la atención que podemos prestar a un profesor si no a la atención que damos a lo que hacemos.

Con esto me refiero a nuestras acciones, lo que decidimos hacer cuando elegimos. Todos los días tomamos elecciones, más o menos, pero siempre alguna, porque hasta si simplemente estamos en casa, podemos decidir qué vamos a comer o qué vamos a hacer.

Reflexionando sobre esto, muchas veces me he dado cuenta de que casi nadie piensa nunca esto : “Vaya, quizás si hago esto llegue a conseguir x cosa pero si hago aquello otro no llegaré a ser de tal manera”. No solemos darnos cuenta de cuánto por hacer o no hacer algo puede llegar a cambiar nuestro futuro y nuestra  vida.

Incluso el más mínimo cambio puede trastocarlo todo. Por ejemplo cuando en alguna serie viajan al pasado y siempre les dicen, no toques nada no hagas nada, porque cuando vuelvas puede que todo haya cambiado.
Esto también puede darse en un caso real. Imaginemos que una persona tiene que decidir entre ir a comprar o quedarse viendo la tele. Si se queda viendo la tele, a primera vista su vida no cambiara apenas, la única consecuencia será que tendrá que ir a comprar otro día . Pero imaginemos que si va a comprar, al salir de la tienda ve que una niña va a cruzar la carretera cuando viene un coche y la detiene. La decisión que tenía que tomar era muy simple, en realidad una tontería, pero vemos cómo toma importancia para su propia vida o en este ejemplo, para la de esa niña.

Siempre que pensamos en esta atención a lo que hacemos o no hacemos, es cuando nos ha pasado algo más grave. Porque cuánta gente no se ha preguntado tras una pelea o incluso tras la muerte de un ser querido, ¿qué hubiera pasado si…?

Y siempre de esta pregunta nos viene la culpabilidad, porque quizás en el pasado actuamos mal siendo conscientes de ello por un enfado momentáneo, y luego cuando hemos analizado la situación hemos pensado cuánto hubiera cambiado el futuro por nuestras acciones o comportamiento.
No creo que tampoco esté bien obsesionarse mucho con esto, porque yo soy así y hasta las elecciones más tontas me las pienso mucho porque siempre lo tengo en cuenta, así que soy muy indecisa. Pero tampoco quiero decir con esto que no debamos tenerlo en cuenta, porque siempre tenemos que saber que nuestros actos y los de los demás tienen consecuencias, aunque esto no debería producirnos una preocupación excesiva.

En conclusión simplemente puedo decir que tenemos que tomar decisiones muchas veces, que debemos tener en cuenta lo que pasará pero tampoco preocuparnos excesivamente. Puede que algo salga bien o mal pero nunca lo sabremos, porque los causantes de un suceso nunca es solamente uno, soy de la opinión de que los actos de varias personas (incluso de personas ajenas al asunto) son los que llevan a que algo salga bien o mal, así que la culpa nunca será simplemente de una persona sino de varias. Si algo sale bien, hay que agradecer al que haya colaborado, y si sale mal, si verdaderamente es tan malo, no valdrá la pena buscar culpables a algo que no se va a solucionar, porque cuando buscamos culpables es para quitarnos el peso de la culpabilidad que sentimos nosotros o para aliviar nuestro dolor pensando que el “culpable” está pagando sus actos, por ejemplo, si alguien ha sido asesinado, en realidad que el asesino esté en la cárcel no va a hacer que este resucite, no se hace justicia con el fallecido sino con los que quedan afectados con su muerte.

domingo, 20 de noviembre de 2011

¡Llevo razón!

Todas las personas por naturaleza somos algo o muy cabezonas, depende de la persona. Esto es algo que nos sale espontáneamente porque luego ya más calmados y pensándolo detenidamente nos damos cuenta de que quizás nos estábamos pasando, que puede que no tuviéramos tanta razón y que tendríamos que haber cedido un poco más.


Me pregunto respecto a esto, ¿por qué somos tan cabezotas e insistimos tanto en que tenemos razón?

Creo que la principal respuesta a esto es porque somos orgullosos, con esto quiero decir que tenemos miedo de lo que pueda ocurrirnos y para qué esto no pase, no vamos a ridiculizarnos y así no nos dejarán mal.

A nadie le gusta parecer inferior a los demás, o incluso que se puedan llegar a burlar de nosotros, así que siempre vamos a querer que lo nuestro sea lo correcto.
Puede que en algún momento en esta situación, lleguemos a saber que no llevamos razón, pero por el miedo que tenemos a cómo nos tratarán, seguimos manteniendo esa convicción.

Esto muchas veces nos acarrea problemas, porque igual que nosotros somos orgullosos los demás también pueden serlo y ninguno quiere ser el primero en ceder aunque sepa que eso sería lo correcto. Un ejemplo que tengo de esto es que hace dos años, me peleé con una amiga, y la semana en que nos peleamos yo me di cuenta de que tenía que pedirle perdón, y lo hice, pero ella  no me perdonó, por orgullosa y yo más orgullosa aún decidí que ya me había rebajado y que aún así no había conseguido nada, por lo tanto no iba a volver a hacerlo para que ocurriera lo mismo. Por esta tontería estuvimos casi tres meses sin hablarnos, y aunque me volví a dar cuenta de que tenía que pedirle perdón no lo hice por miedo a que volviera a rechazarlo. Si no hubiera sido por una amiga nuestra nunca nos hubiéramos reconciliado, porque un día estando las tres solas, esa chica nos soltó que si no íbamos a perdonarnos nunca, y entonces nos pedimos perdón mutuamente, nos abrazamos y al día siguiente todo era como antes.

Es verdad que cada uno tiene que defender lo que opina y que nadie puede obligarle a cambiar esa idea, sino que si la cambia debe ser porque él mismo se dé cuenta de que era equivocada. También debemos darnos cuenta de que cada uno tiene su propia forma de pensar y juzgar, y nunca debemos burlarnos de nadie por ello, ya que no nos gustaría que nos los hicieran a nosotros. Mi opinión es que tenemos que aceptar todos los puntos de vista aunque nos parezcan equivocados, siempre y cuando no violen ninguna ley o no sea moralmente muy incorrecta.
Entonces no creo que el orgullo  en exceso esté bien, es normal que tengamos miedo a que nos inferioricen pero si nos damos cuenta de que obramos o pensamos mal, debemos dejar esto de lado, y ser capaces de recapacitar y reconocer nuestro error. Si no yo hubiera seguido sin hablar con esa chica para siempre, y no hubiera valido la pena mantenerme en mis trece si perdía nuestra amistad, es decir, que a veces vale más la pena lo que puedes llegar a perder que la opinión o acto que defiendes.


domingo, 13 de noviembre de 2011

Amar

Te puede atraer una persona, te puede gustar una persona, leemos esto y nos puede parecer lo mismo, pero en realidad hay una gran diferencia.
Si te atrae alguien puede ser por su físico, su sentido del humor, su personalidad, siempre algo bueno, es un lazo que te une a esa persona, algo consciente, porque por una tontería puede acabar, un comentario o una broma inocente puede hacer que jamás vuelvas a fijarte en ella. 
Si nos gusta alguien, lo tomamos todo, igual da que sea guapo o feo, aceptaremos sus defectos, aguantaremos sus enfados, consolaremos su dolor y secaremos sus lágrimas. Amar a alguien puede ser algo muy fácil o infinitamente difícil.
 Cuando alguien nos gusta no nos importa cómo va a acabar, solo queremos que algo empiece ya. Mil mariposas vuelan en nuestro interior cuando pensamos en ese alguien y una sonrisa recorre nuestra cara si le vemos. Morimos de celos si le vemos con alguien y no podemos reprimir nuestra felicidad si está a nuestro lado, si nos hace caso, si nos habla, nos mira o nos sonríe.


Aprendemos a amar no cuando encontramos a la persona perfecta, sino cuando llegamos a ver de manera perfecta a una persona imperfecta.
Sam Keen (1931-?) Escritor, profesor y filósofo americano.


No puedes decir así de repente “Ya no me gusta” o “Ya no le quiero” es un proceso del que no te das cuenta, no tiene que durar mucho, simplemente tienes que percatarte de que si te importan los defectos de esa persona, de que te da igual con quien esté hablando o de si te hace caso o no.


La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros. 
Paul Claudel (1868-1955) Escritor y diplomático francés

Y creo que lo que más duele de amar, y este es el motivo de que algunos le tengan miedo, es el final de ese amor, tanto si acaba por tu parte como si es por el otro. Si dejamos de amar, nos entristece que esa persona no signifique lo mismo para nosotros, que hubo un momento en que la quisiste tanto que hubieras matado por ella pero que ahora no pondrías tu mano en el fuego. Si nos dejan de amar el dolor viene si tú sigues amando a esa persona, lo que te entristece es que tu no signifiques lo mismo para ella.

Es duro, es doloroso, no ser amado cuando se ama todavía, pero es bastante más duro ser todavía amado cuando ya no se ama.
Georges Courteline (1858-1929) Dramaturgo y novelista francés


El amor es un juego, es arriesgado porque no conoces su final, no sabes qué pasará, siempre tienes miedo a intentarlo, ya que sabes que si termina vas a sufrir de una manera u otra. Aún así siempre lo intentamos, siempre jugamos, precisamente porque no sabemos el final, no podemos adivinar si ganaremos  o perderemos, lo que sabemos es que si jugamos tendremos recuerdos de ello, y pase lo que pase debemos quedarnos con los buenos, porque el amor es más bueno que malo y si no lo intentamos siempre nos quedará una espina clavada, el “¿Qué hubiera pasado si….?


lunes, 31 de octubre de 2011

¿Exite un modo privilegiado de comprehensión de lo real?

Cuando veo esta pregunta, creo que la palabra privilegiado quiere decir mejor o distinto. Entonces me parece que a lo que se refiere es a si cada uno tiene una  forma de ver algo, o de tomarse una situación, y el porqué vemos las cosas de diferente manera.
Contestando a la pregunta, creo que sí existen distintos modos de comprender lo real, aunque es por varias razones que expondré a continuación:
Ninguna persona en el mundo es exactamente igual a otra con respecto a su forma de pensar, el humor, cómo va a reaccionar, algo tienen de distinto, y por ello ya no verán igual las cosas. Aunque también puede ser por la experiencia que tiene alguien, si ya lo ha pasado, no le va a dar tanto miedo o le va a causar la misma impresión, porque ya está prevenido, sabe lo que puede pasar y no lo verá igual que otra persona que nunca ha vivido eso.
Un ejemplo muy claro de esto es la crisis que afecta a nuestra economía, una persona optimista o que ya pasó por un tiempo en el que la situación económica no fue tan buena, sabrá que aunque las cosas vayan mal durante un tiempo, tarde o temprano se termina superando; en cambio, una persona pesimista o que jamás haya estado en una situación como esta, pensará “Voy a perderlo todo”, “No voy a poder conseguir trabajo, “Me arruinaré”, “No podré comprar nada”, o cosas por el estilo, está asustado porque no sabe lo que le depara el futuro.
Otra causa de que veamos las cosas de una forma u otra es que hay personas que saben más, sobre cualquier tema, de ciencia, literatura, cultura… Ellos han aprendido y recuerdan algo que otros no han podido o no han querido aprender, y eso muchas veces les da ventaja a los primeros. Si vamos a un museo y alguien entiende de arte, puede ver un cuadro y decir si está bien, si tiene algún trazo raro o si hay un punto que falla, pero  si otra persona no sabe nada de eso, pues vea lo que vea va a decir que es muy bonito y está muy bien hecho.
Lo último que quiero resaltar es que hay gente que diría que varias personas si podrían ver de igual forma una situación. Pienso que esto podría darse en dos situaciones; a veces decimos lo que no pensamos o tratamos de convencernos de ello sólo por coincidir con los demás, ser “uno más” y no sobresalir del resto (como cuando en un grupo de amigos,  a uno no le gusta algo, pero si todos los demás dicen que si les gusta, la mayoría de la gente dirá que a él también), aunque esto no siempre es así, hay gente que permanece fiel a su opinión a pesar de que sea distinta al resto, pero muchas veces la gente influye en nuestra forma de ver el mundo; si varias personas coinciden en un aspecto de los que he mencionado antes, también puede ser que vean algo de la misma forma.
Finalmente, puedo decir, que sí hay distintos modos de ver las cosas (aunque también existe la posibilidad de que opinemos lo mismo) y que esta forma de comprender el mundo depende de su forma de ser, de su educación, de su pasado y de la gente que le rodea, es decir que cada uno ve y comprende algo según su situación, porque todos tenemos un modo privilegiado de ver el mundo.

lunes, 24 de octubre de 2011

¿Por qué nos importan realmente las notas?

Las notas son en según la R.A.E., la calificación que se concede en una prueba normalmente escrita, el examen. La gente siempre le da mucha importancia a esto, que simplemente es un número, no tiene más, por eso yo me pregunto porque nos preocupa tanto, porque es tan imprescindible que saquemos una buena nota, realmente es por el interés de conseguir algo o simplemente porque quieres seguir estudiando.
En realidad, a la mayoría de la gente le preocupa la nota que va a sacar porque les preocupa a sus padres, si ellos no sacaran buenas notas, sus padres no les dejarían hacer tal o no les comprarían cuál… Hay muy poca gente a la que le preocupan las notas para lo que realmente son, una calificación de nuestro conocimiento, para esa gente deben ser medianamente buenas (al menos un 5) para poder seguir estudiando y conseguir un trabajo con el que mantenerse en el futuro.



Aunque también pienso que si a una persona le importan realmente las notas, que es lo que sabes en el momento en que te hacen el examen, esa persona no va a copiar o a hacerse chuletas,  ya que si lo haces es porque quieres sacar la mejor nota posible para que se cumpla algo ( es decir, para que tus padres no te castiguen y salgas, para que te  dejen hacer algo, para que te compren tal cosa) y no porque sabes que esos son los conocimientos que tienes.
Pienso que si te estudias bien una materia, intentado comprenderlo ( aunque es verdad que ciertas personas tienen más memoria que otras), saques lo que saques, lo vas a aceptar, porque eso es el resultado de lo que has hecho, es el fruto de tu esfuerzo, si copias y sacas un 8, ¿qué parte de esta nota es tuya y que parte es copiada?.
Para mí al menos no vale la pena sacar una buena nota si no viene de ti, y prefiero suspender un examen antes que copiar y sacar un 10, y no me importa sacar una nota más baja mientras yo sepa que es mía, es decir que si un día por salir con mis amigas yo no estudiara para un examen y sacara una mala nota o lo suspendiera, lo aceptaría igual porque es lo que me he ganado, la consecuencia de mis actos.


Esto de las notas tiene que ver mucho con la honestidad de alguien, porque si alguien copia en un examen y te dice :"Ay, mira he sacado un 9", eso para mí es que esa persona me está mintiendo, sabe que eso lo ha conseguido con artimañas y está orgulloso, y si miente en eso puede mentir en cualquier otra cosa.
Tengo un ejemplo muy claro de esto, voy a señalar algo que me pasó( en realidad que nos pasó porque fue a toda mi clase) el año pasado:
Un día, al final más o menos del segundo trimestre, llegó nuestro profesor de matemáticas(que era el director) y nos dijo que nos podíamos poner la nota que quisiéramos en el trimestre, que fuéramos pasando una hoja de papel y lo apuntáramos, yo creía que era una broma o algo, pero lo que más me sorprendió es que nadie le dijo nada, en plan: ¿Cómo vamos a hacer eso?, ni siquiera gente que yo considero buenas, honestas, amigas y amigos…Cuando a cada cuál le llegaba la hoja se ponía la nota y en el momento en que me llegó a mí yo le escribí que no me iba a poner mi propia nota, que no me parecía justo, y pase la hoja, y nadie reaccionó ni replicó ni nada….
No consideró a ese hombre mal profesor, porque en realidad demostró que a nadie de mi clase le importaban las notas de verdad, a nadie le importaba lo que realmente sabía sino que lo que les interesa es el número. No sé si realmente llegó a poner esas notas, aunque creo recordar que no, pero la reacción de la gente me sorprendió muchísimo.
La culpa de que sólo nos importe este simple número, a veces no es completamente nuestra sino que la tienen muchos padres, tanto si sacas un 4 como si sacas un  8, a los padres no les vale de nada, a quién le sirve es a nosotros, claro está que nuestros padres siempre intentarán que sean buenas, porque seguramente la mayoría no pudo estudiar, y no porque no quisiera sino porque no pudo, y han tenido que hacer trabajos durísimos( y me refiero físicamente) para salir adelante y pagar todo lo que tienen. Simplemente quieren que nosotros no tengamos que pasar por lo mismo, porque la gente antes si tu familia tenía viñas, tenías que ir a vendimiar, por obligación, y yo sé que ahora eso se ve de paletos y de pueblo, pero yo he ido y es una lección, porque las primeras veces salen agujetas, duelen mucho y casi no puedes andar, y luego te sientas en la silla del instituto, y piensas; “Al menos estoy sentado y no agachado, y con calefacción en lugar de pasar frío”



La conclusión que saco de todo esto es que en las notas nos suele importar “el número” y no lo que realmente aprendemos y de lo que nos vamos a acordar, esto me parece bastante mal, y a veces nos lo intentan enseñar, como aquel profesor mío del año pasado (que al fin y al cabo no era tan malo), pero por lo que veo no nos entra en la cabeza. Y con respecto a lo de nuestros padres, si unos padres nos castigan por sacar malas notas y no te premia por tener buenas, no es que no te quiera es sólo que quieren darnos una oportunidad de tener lo que ellos no pudieron, y si alguien que lea esto ha pasado por lo de “ir a vendimiar” aprecia de verdad lo que han hecho por nosotros, y el padre que premia las buenas notas, no es tan “bueno”, porque en realidad malcría a su hijo.

miércoles, 19 de octubre de 2011

¿Por qué la gente diferente no nos gusta?




Lo que cada uno considera diferente, es algo relativo, que nos viene dado de antes por otras personas, pero siempre que pensamos que alguien es raro, o que está fuera de lo normal, ya no lo queremos, preferimos no tenerlo cerca siquiera, y esto es a veces una tontería, ya que si algo es extraño no quiere decir que vaya a hacernos daño y que yo sepa sus "extrañezas" no se contagian por contacto. Por eso me he preguntado siempre a qué se debe ese desprecio que tenemos a estas diferencias, rarezas o extrañezas.
Como ya he comentado antes, lo que creemos extraño nos viene dado, ya que consideramos distinto, a tal o a cuál por  por lo que nos han enseñado o mostrado otras personas, y lo que aprendemos de estos es que la diferencia está mal,  que no es algo bueno y que no debemos acercarnos a ellos, por eso el motivo principal de que no nos guste la gente diferente es que nos lo han enseñado.
Lo que también nos enseñan pero inconscientemente es a tenerles  miedo, precisamente antes también he dicho que no entendía por qué cuando alguien es distinto no queremos acercarnos a ellos. Cuando vemos por ejemplo a gente que viste muy oscuro, pues nos formamos ideas preconcebidas sobre ella, como; les gusta el heavy, son satánicos, no son muy divertidos.....La verdad es cómo pensamos que todo eso está mal, no lo deseamos para nosotros, no queremos convertirnos en algo así, y creemos que al estar con esas personas, si nos acostumbramos a ellas va a ser lo que pasará.


Otro ejemplo muy claro de esto es los padres que no aceptan a los homosexuales, así que lo hijos terminamos pensando igual, que está mal, que es antinatural, y luego estos hijos no quieren ser amigos de homosexuales porque que ellos tambíén lo va a acabar siendo.
Me parece también que este miedo del que hablaba lo tenemos, porque pensamos que si habláramos a esa gente y la conocieramos de verdad, lo pasaríamos bien con ellos, es decir, descubríriamos que en realidad son gente normal, con otros gustos u opiniones pero que aún así puede ser divertida y podemos ser amigos suyos sin tener que cambiar nuestra forma de ser. Y a veces estas personas que son las raras y lo malo, luego terminan siendo mejores que los que creíamos normales. Nunca podemos juzgar un libro por la tapa, ya que en su interior puede haber grandes sorpresas.
Es verdad, que en algunos casos, juntarnos con unas personas u otras puede modificar nuestra personalidad en algunas cosas pero eso va a ocurrir en cualquier caso, tanto si nos juntamos con gente que consideramos normal, como si vamos con gente algo más "rarita", porque igual que cogimos o aprendimos ese desprecio a la gente diferente, vamos a tomar actitudes de la gente que nos rodee (amigos, profesores, vecinos, familia,...).
Por tanto, creo que la gente diferente a nosotros o a lo que estamos acostumbrados no nos gusta por una tontería, o sea los despreciamos porque tenemos prejuicios de ellos y por un sólo aspecto de su personalidad los juzgamos completamente, y bueno puede que dependiendo de con quién nos juntemos vayamos a comportarnos de una manera u otra en una determinada situación, pero no creo que vayamos a cambiar completamente, por ser amigo de alguien raro, o lo que es igual, porque nos guste lo diferente.

miércoles, 12 de octubre de 2011

¿Existe el destino?

Desde tiempos inmemoriales todos nos hemos hecho esta pregunta, nos hemos cuestionado en algún momento si lo que va a pasarnos, lo que vamos a hacer y a ser está escrito en algún lugar, si estamos predestinados a un futuro en concreto,
Personalmente no creo que exista un destino determinado para todos y cada uno de nosotros. Cada persona es  de una forma u otra depende de donde nazca, de lo que aprende, de las personas que se rodea, de esto extrae su personalidad. Según esta va a reaccionar de una manera u otra en determinadas situaciones, y la consecuencia a esas reacciones va a ser el futuro que le espera. Por ejemplo, si al pasar a bachillerato, tenemos que elegir entre unas asignaturas u otras, si alguien se coge Biología, podrá ser médico, pero no lo será si elige Historia.
Algunas veces se dan ciertas circunstancias por las que podemos creer que existe el destino:
1.Una persona, tanto un amigo o hasta si creemos en eso un vidente( o algo por el estilo) nos puede decir que nos va a pasar tal o cuál cosa, si finalmente pasa creemos que ese futuro estaba escrito, pero en realidad puede ser pura casualidad. Ej: Una mujer de treinta años puede ir a otra mujer que echa las cartas, y esta le dice que va a encontrar al amor de su vida y se va a casar. En este caso deberíamos preguntarnos ¿cuántas mujeres no encuentran pareja y se casan a esa edad?, lo hacen miles, por lo tanto era fácil adivinar que iba a ocurrir tarde o temprano.
2.Esta situación en parecida a la primera, en un momento dado podemos querer que pase algo con mucha fuerza ( ej: un/a chico/a está enamorado/a y quiere que la otra persona sea su novio/a), esto puede acabar por cumplirse, pero eso no quiere decir que estuvieran predestinados ni nada de eso,  sino que tus acciones o tu personalidad han terminado desembocando a esa situación
Por eso, yo creo que el destino ya escrito no existe, opino que existe un destino que cada uno va forjando poco a poco por  medio de sus acciones, decisiones y su personalidad, ya que estos van desencadenando otras reacciones que forman nuestro futuro. Este futuro puede cambiar drásticamente dependiendo de decisiones que vayamos tomando, ya sean más grandes o más pequeñas, ya que según lo que escojamos o hagamos va a pasar una cosa u otra, por tanto nunca debemos de culpar al “destino” de lo que nos ocurre sino a nosotros mismos en algunas ocasiones o a la simple casualidad en otras.